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442 MISIONES DE LOS PP. CAPUCHINOS ahora se llama Entrerríos y Santa F e: la otra raza que dominaba en el país era la de los querandíes de Buenos Aires, empujados por los españoles al sur hasta la Pata– gonia, y los guaraníes , que se conservan todavía seden– tarios en Corrie ntes, con su propio idioma. Estos indios con algunos otros de raza araucana y quechúe forman un grupo considerable como de 40,000; aunque e,; cac:;i im– posible precisar ti número . El otro extremo etnológico lo forman los europeos de nacimiento, extranjeros residentes en la Argentina, cuyo número se calcula en un millón; de los cuales, medio mill ón son italianos, doscientos mil espa– ñoles, cien mil franceses, y el restant e de distintas na– cionalidades europeas y americanas , predominando en esta fracción la ra za sajona. Este número de extranjeros aumenta considerablemen te durante los meses de la co – secha, en la cual trabajan principalmente millares de campesinos italianos.- Los negros y mulatos forman una reducida porción de los habitantes de la Argentina, y son descendientes de los esclavos africanos importados á América en tiem– po de la colonia; y aunque al ser abolida la esclavitud en 183 2 la mayor parte emigraron al Brasil y á Cuba, cuyo clima les e ra más favorable, quedaron n111chos, y se asimilaron fácilment e los hábitos de trabajo y comer– cio de los europeos. Pero el grueso de la población ar– gentina lo forman los cn·ol!os, descendientes de los con– quistadores y primeros colonizadores españoles, cuyos rasgos fiscnómicos y psicológicos conservan todavía; estos son los llamados propiamente argentinos. De ellos se distingue la raza intermedia, resultado de cruzamientos de indígen as y europeos, entre los cuales predomina el tipo llamado gauclto, con cuyo nombre se

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