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436 MISIONE:, DE LOS PP. CAPUCHINOS po dentro del recinto sagrado para trabajar en bien de las almas. Además de las catequesis y del fomento de la venerable Orden Tercera, obras de sí mixta'>, religio– so-sociales, el ministerio puramente espiritual ocupa so– bradamente todo el tiempo que los capuchinos permane– cen en sus conventos. Durante todo el año se predica en todas las Misas de los días festivos una sencilla y breve plática sobre el evangelio del día; celébranse con solf'mnidad los meses dedicados al Sagrado Corazón de Jesús, á la Virgen Santísima y al Patriarca San José, amén dd culto peculiar de las asociaciones erigidas en nuestrJ.s iglesias como ,Pía Unión» de San Antonio, la Protectora de la Infancia, S::>ciedad de S111ta Filomena 1 y de la Inmaculada Concepción. Por lo demás el público que de ordinario acude á las funciones religiosas en las ciudades, es, co1110 en todas partes, generalmente piadoso, no tan instruido en reli– gión como el de nuestras provincias vascongadas, ni tan habituado él la predicación reposada y paternal de la pa: rroquia como en el norte de España. La mujer chilena, es eminentemente cristiana_ y aficio - nada á los actos del culto, y á recibir lo~ SS. Sacra~en– tos de confesión y comunión; aunque se observa marca– da diferencia entre Santiago, donde está el núcleo de la piedad y de la alta sociedad, y la5 demás ciudades de la región media del país hasta Temuco, en la'> cuales es menos intensa la piedad femenina, sobre todo donde pre– domina el elemento extranjero, que acap:ira el comercio y el dinero, fundamento principal de la distinción de cla– ses en países republicanos. No ofrece por lo común grandes peligros ni grandes dificultades el ministerio entre el elemento piadoso de

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