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430 l\IISlONES DE L OS PP. C,\PUCHl NOS tituci ón religiosa. Entre es tas obras hay algunas de muy amplia base: como la (_./nió1t Nadonal, recientemen te fun– dada, ya muy próspera, y que, aunque es confesional ca– tólica, se contenta con el mínimum de prácticas cul tua les. La más antigua y la más profundamente católica es la So– ciedad de obreros de Sa1t ')'osé cuyas secciones es tán esta– blecidas en toda la R epúbl ica , y se adaptan en su organiza– ción al peculiar aspecto religioso de quienes las dirigen , siempre bajo la suprema vigilancia de los Prelados ( r ). Los misioneros capuchinos españoles, apenas lleg aron á Chi– le, se asociaron al ministerio entre los obreros del Sur , como lo vimos en el capítulo X I, y después continuaron en el mayor ó menor campo de acci ón que el personal pudo abarcar, hasta el presente, secundando siempre lo s deseos de los Prelados, y adaptando estas obras so– ciales dentro de la Venerable Orden Tercera, eminen t e– mente moralizadora del pueblo. Ordinariamente han tra– bajado siempre sobre la base de la Sociedad de obreros de Sa1t ')'osé; y actualmente son secciones de ella, las que les están encomendadas en sus residencias, y en los. c:impos . Por esta razón , y por se r dicha Sociedad la que, á nuestro juicio, persigue con más espíritu relig ioso la r e– generación del pueblo chileno , nos detendremos un mo- (l )lDurante las fiestas del centenario de la República (18 de Septi embre de HllO) celebróse en Santiago con gra n solemnidad un congreso social católico, cuyas importan tes conclu siones fueron aceptadas en asambleas provinciales en todas las Diócesis. U 1,0 de– los frutos m:is inmedia tos y practicas fué la formación <le «La So– ciedad de Temperancia », que con muy buenos auspicios ha co– menzado á funcionar. Esta Se,ciedad y todas las demas obras sociales est:i n federadas_: merced :i lo cual se conserva cierta unillad de acción, sin sofocar las inic-iativas propias de cada una.

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