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428 MISIONES DE r.os rr. CAPUCHINOS veces reciben delegación de los curas para presenciar los matrimonios; pero con mayor frecu encia los mismos mi– sioneros llaman al párroco respecti vo, que acude al ter– minar la misión . lll. Acción social entre los obreros O tro de los ministerios que las circunstancias y las re– petidas instancias de los SS. Pon tífi ces imponen hoy a1 misionero es la educación social cristiana del pueblo tra baj ador. El problema económico social que agita los g randes centros industriales y fab ri les de Europa y Amé– rica , y que en traña esencialmen te el problema religioso , no se presenta todavía en Chile con síntomas alarman – tes. La homogeneidad de la masa trabajadora, casi total– mente nacional , y de sí misma sumisa y sin gran des am– biciones (defecto substancial ele su carácter) ha hecho fracasar algunos movimientos insurgen tes que se han producido en las maestranzas de los ferrocarriles y en bs minas salitreras de l norte de la República. Pero se columbra sin dificultad el avance decisivo de tantas ideas subversivas como flotan en el ambiente social, esparci– das por periódicos y revistas socialistas. El espíri tu po– pular es en Chile eminentemente democrático ; el hom– bre del pueblo, aun el pobre, vicioso y degradado por el alcohol, es altivo y arrogante, corno los aborígenes del país; hoy le contiene su fe reli giosa arraigada te– nazmente en su alma; pero, disimulando el aspecto re– pulsivo, por lo sectario, que llevan consigo las decanta– das reivindicaciones del obrero contra el patrono) del trabajo contra el capital: y el pretendido derecho al tra– bajo, á la huelga y á la intervención de todos en el go-

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