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42-! MISIONES DF. LOS PP. CAPUCHINOS m1s1ones ele curia en las diócesis de Santiago y Concep– ción. Por lo general el período de misiones dura desde Sep– tiembre hasta mediados de Diciembre, y desde Febrero hasta mediados de Mayo; es muy difícil continuar este ministerio durante el invierno por razón de las lluvias, que ponen los caminos intransitables. Dispersos como están los campesinos en sus casitas, cerca del lugar de su trabajo , deben acudir desde largas dist1ncias al pun to donde se p redica la misión, durantF! la cual únicamen te pueden recibir los SS. Sacramentos; por lo cual el mi– sionero debe administrar con frecuencia hasta el el e la Confirmación, y preparar la celebración de matrimonios, y á veces presenciarlos donde no es fácil el acceso del propio cura. Largo sería referir siquiera sucintamente casos típicos que dieran á nuestros lectores aproximada idea del tra– bajo, ,1 veces abrumador, pero siempre dulce, que los misioneros deben soportar por los campos chilenos. Por no hacernos interminables, y sin referirnos á épocas muy lejanas, recordaremos solamente unas misiones que en el año 1904 dieron los RR. PP. Mariano de Pamplona y Román de Lizarraga por las montañas de la cordillera, más vecinas al convento de Los Angdes. La primera misión foé predicada en San Lorenzo, lugar situado á r 4 leguas de Los Angeles en la misma cordillera andi– na. Durante r 5 días que duró la misión administraron el Sacramento de la Confirmación á 2,000 personas; y el de la Comunión á 1,500. Desde 15 y más leguas ve– nían los fieles al lugar de la misión, en sendas carretas de bueyes, para poder estar junto al Padrecito al caer la tarde. De noche acampaban debajo de los árboles,

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