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EN CHILE 1903-1911 419 su trabajo, con el cual deben de fomentar el aumento del personal en su preparación y en sns viajes de Euro– pa, ya que no tienen noviciado en América. La mira que el nuevo Custodio tuvo desde un princi– pio fué, conservar las familias conventuales en la regular observ2,ncia ron oración, penitencias y rezo en común , como el único medio de fomentar el espíritu reli g ioso, y hac':'r fecundo el apostolado que se les encomendó. Hubo que lamentar defecciones y desali entos muy pro– pios del corazón humano; pero ni los superiores cejaron en su empresa, ni los buenos religiosos en secundarla ; antes al contrario, puede decirse que la Custodia entró definitivamente en su estado de firmeza y prosperidad durante el período de r 906 á r 909, como puede verse en las relaciones anuales ( r ) enviadas á Roma por el P. Custodio en dichos años. De entonces data el catecis– mo dominical de nuestro convento de Santiago, en el cual se instruyen anualmente 300 niños, por término me· dio: y en cuya instrucción se ocupan todos los Hermanos legos y los Padres, que es tán desocupados de predica– ción fuera de la ciudacl. La V. O. Tercera tomó á su cargo la cooperación activa en el catecismo, enseñándolo á las niñas pequeñas; y la asociación de la « Pia Unión de San Antonio, se ocupa Je recolectar fondos, con qué comprar premios y confeccionar trajes para los más po– bres, como estímulo de aplicación; y de proporcionarles sesiones recreativas fonográficas y cinematog ráficas , uti– lizadas tambi é n como sistema ele enseñanza objetiva . Además se emprendi ó la moralización ele los obreros (1) Analecta Ordin i'i. Vol. XXJI, púg. 13.-Arch ivo de San tia– go. Leg. XI, núm. Ü-±.