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411J MISIONES DE LOS PP . CAPUCHINOS y Argentina la visita canónica 1 embarcándose efectiv,t– mente en ei otoño de I 903. Cinco meses duró su visita, " durante la cual pudo apreciar la sincera voluntad de to- dos para el trabajo, y la absoluta necesidad de .nutrir con más personal las pequefías comunidades, para hacer más fácil y firme la \·ida religiosa, sin detrimento del mi– nisterio apostólico. Por esto puede decirse, que esta visita canónica marca en la Provincia una tendencia más pro– nunciada en favor de las Misiones, y que desde enton– ces , las expediciones de misioneros han sido más nume– rosas y frecuentes. Para prevenir la disminución de vocaciones al estado rel igioso, que se deja notar aun en las regiones más pro• fundamente católicas de España, desde que los gobier– nos liberales iniciaron campaña contra las Ordenes reli– giosas , el P. José, apenas nombrado Provincial, se pro– pus o establecer y organizar en Navarra una Esmela .__\ en{/fra, donde se recibieran niños y se educaran conve– nientemente para nutrir en ellos los sentimientos cristia– nos : cimiento único de la vocación al sacerdocio y al es– tado relig!oso; llevar á la práctica esta idea exigía gran– des sacrificios de dinero; pero la divina Providencia no faltó con su ayuda; y con la cooperación decidida de los mi sioneros de Chile, más interesados que nadie en que surgieran muchos jóvenes que pudieran algún día ser apóstoles en aquel hermoso país, el P. Provincial logró su intento; el día 2 r de Noviembre de r 903 se inaugu– raba la l!.scuela provisionalmente en Estella; y apenas el P. Provincial regresó de América, comenzaron las obras del convento de Alsasua ( 1905 ), terminadas felizmente en Febrero de I 906. Allí ingresan niños elegidos, á la edad de once años, y hasta los quince reciben esmerada ins -