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EN CHILE ] ~89-1903 413 -canía en r 86 r. Después de haber evangelizado durante algunos años á los indígenas , fué clestinado á Santiago <londe principaimente pudo manifestar las relevantes pren– das de erudición y cultura que le distinguían ; pero sobre todo se hizo popular por la fama de santidad que le me– recieron sus virtudes. Como fondo de su espíritu notaron todos en él una fe ardi en te , que daba á su palabra unción soberana para subyugar los ánimos. Estuvo dedicado mu– d10s años, casi exclusivamente, ála asistencia de enfermos ·contagiosos en el lazareto de la capital ; y, lo mismo en estas -circunstancias como cuando era llamado de continuo á la cabecera de los enfermos , tjercía en éstos cierta suges– tión sobrenatural, que les infundía confianza segura de ,recobrar la salud, por las bendiciones y oraciones que sob re ellos recitaba. Familia donde se encontraba algún ·dolien te , y podía conseguir una visita del P. Fortunato se tenía por feliz, y aceptaba resigm,da las disposiciones -ele la di vina Providencia. Por eso era venerado aun en las calles, donde las gen tes besaban su hábito y le pe– dían la bendición. Nosotros, que conocimos en la intimi– dad al R. P. Fortunato , creemos que fué religioso de ,·irtud extraordinaria, aunque no participamos del entu– siasmo, á veces mal aconsejado, de muchos, que en vida, le atribuyeron dones prodigiosos de penetración de es– pí ritus y profecía , y después de mu er to, curaciones mila– grosas y otras g racias preternaturales. En cuanto la PrO\·incia de l\'a,·arra tomó el convento de Santiago, e:l P. Fortunato pidió afiliarse á ella, y ayudó con todo su prestigio y fuerzas á los nuevos superio– res . L na gra\'e enfermedad , soportada con santa resigna– ción durante muchos afi os, fué la que, agravándose re– pentinamente, le puso en trance de muerte, después de

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