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.J,J() DIISIONE~ DE LOS PP. CiPUCHINOS Cuando los capuchinos españoles se instalaron en Concepción ( rS S9) el R. P. Daniel de Florencia fué nom– bra¿o como dijimos (cap. XI) guardián del convento de Santiago, cargo que ejerció durante diez años, captán– dose las simpatías de todos los buenos por su exquisita amabilidad y por el celo con que promovió el sagrado ministerio, aun con los pocos elementos de que disponía. l"na de las obras materiales de importancia que llevó á cabo , fué la renovación de toda la techumbre de la Igle– sia , su pintura y decoración tal cual hoy se encuentra (1); pues no en ,·ano habían pasado treinta años; y por eso el templo se encontraba muy deteriorado . .-\ su muerte, acaecida en Santiago el I 9 de Septiem - bre del año r 900, se en.:on traba de Superior de la co • muni dacl el R. P. Nicolás de Castiglioni, alumno de la Provincia de Génova, llegado á Chile ( r 89 '.! ) desde la '.\Iisión que en ~'Iontevideo tiene aquella reli giosa Pro– vincia, con destin o á la Araucanía, á donde no fu é por el mal estado de salud que alegó ante el P. Urbano de Cas ola, á la sazón P refec to apostólico. De manos del P. Nicolás, pues, recibi ó la dirección del conYento de Santiago el M. R. P . Lucio de Obanos, cuando el P. Burcardo de Roetingen hizo en trega del corwe nto; así quedó suelto el último lazo que unía to– ciada la jurisdicción del Prefecto en las misiones de in– fieles, y el g obierno de los que se dedicaban á las de los !i.eles; quedando sin embargo el convento de Santia– go como residencia accidental del Prefecto apostólico, (1) Excepto unos malos cuadros bíblicos, pintnclos en tiempo ele :m inmediato succ;;or por nn inrnigrnnte it:1lian o, recogido por ca– rid:1cl en el c01wenlo durnntc algunos meses .

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