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F.:K' CHrLF.: ]8~9-]903 407 gamente al mrita ele ello; por lo c·ual, el trayecto, de sí corto, cuesta recorrerlo más de una hora. En la ocasión á que se refieren las notas, hallábanse reunida, al regreso de la romería unas 3,000 personas, las cuales, de pie sobre la húmeda arena, quisieron oir la yoz del P. Lucio; y cuando en la perorata les dijo que de– bían ellos, como el Pescador de Galilea, echar sus redes en nombre ele Jesucristo y santificar así su obra, y no atribuir sus fracasos á nadie más que á sus pecados y poca fe, exclamaban aquellos buenos chilenos tiene razón d Pa/reúto; el cual concluida su oración, vió como todos á porfía, a¡remangados los pantalones hasta la rodilla, y cantando sin cesar oraciones devotas al Santo, arrima– ban el hombro á las andas para tener la gloria de llevarlo hasta la iglesia. _-\ pesar de estas costumbres populares, que supone n arraigada fe cristiana, se deja sentir hace ya algunos ai'íos la necesidad de organizar los obreros para mante – nerlos lejos de Sociedades y diversiones que los corrom– pen; por eso nuest,os Padres ele Constitución tomaron á su cargo la reorganización de la « Sociedad de San Jo– sé ,, . en la que ingresaron los mejores de los trabajado– res y artesanos, dejándola después bajo la inmediata dirección del cura párroco, y cooperando ellos á s~; ulte– rior desarrollo con el ministerio directo en los obreros. IV. Lo~ ea,¡mchinos espqíioles en Santiug·o Cuando se concluía tan felizmente como hemos visto la nueva fu11cL1ción, celebrábase en Pamplona el Capítulo proYincial (3 de Junio de 1903). A fl acudió el Superior Regular Je las misiones de Chile, R. P. Gabriel de _-\dios, que fué nombrado Custodio de las mismas, y á