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EN CHIU 1889-1903 397 sa y doméstica de los jóvenes en las distintas regiones de la península; desde este punto :::le vista, la Provincia de la l\ladre de Dios, (Aragón) que abarcaba Cataluña , A ragón y Navarra, llevaba notable ventaja á las otras <los Provincias capuchinas ; pues es notorio que las pro– vincias vascongadas, y las diócesis catalanas de Lérida, G erona y Vich son como un semillero de sacerdotes y religiosos. Por lo cual, el número ya muy crecido de re– ligiosos, y las di fic ultades orig-inadas de las distancias y <le la diferencia del idioma regional, exigían en 1 899 una nueva división territorial, que reconstruyese en sus anti– guos límites la Provincia de Cataluña, y diese lugar á la formación autónoma de la de Cantabria, supuesto que , a ún no habiendo en Navarra más que un solo convento en la capital, casi la mitad de los religiosos de la Pro– vincia de la Madre de Dios eran navarros. Llamado pues á Roma el M. R . P. Provincial en Mayo de r 899, y admitido á las sesiones definitoria– les generalicias, donde se trató el asunto de la divi– sión de Provincias é inmediata provisión á las Misiones de la Custodia de Chile-Argentina, el Rvmo. P. General ofreci ó éstas á la nueva Provincia de Navarra-Aragón . El P. Angel aceptó sin vacilar el ofrecimiento, pidiendo -á su vez que todos los religiosos navarros existentes en 1as Misiones de Colombia y Ecuador, confiadas á la Provincia de Cataluña, fueran á incorporar~e con los de -Chile, y comprometiéndose él, desde luego, á mandar 1rnevas expediciones de religiosos de la proyectada nue – va Provi ncia. En conformidad con el acuerdo defini toria!, en Julio -de aquel mismo año fueron destinados para Chile el M. R . P. Lucio M. ª de Obanos ex-definidor de Aragón, y