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372 DIISIONES Dls LOS PP. CAPUCHINOS no contentándose con reconocer exclusivamente una scla mujer al indio, para los efr.ctos de propiedad y herencia, como lo hace, sino apoyando sin ambajes la acción del misionero, que la condena imperiosamente como una condición esencialmente contraria á la pro– fesión del cristianismo: es cierto que la poligamia va siendo como un lujo entre los infieles, supuesta la ex– trema pobreza á que se ven reducidos por los despojos de veintinueve años (r882-1911 ), desde su última rebe– lión general, y por esto no faltan quienes justifican el despojo de los indios, con el pretexto de moralizarlos imposibilitando la pluralidad de las mujeres y la consi– guiente multiplicación de los hijos ~: ¡donoso medio de moralizar! .. « Lo que quisieran es, dice el P. Sigifredo, ver pobla- -da la Araucanía de 45,000 animales vacunos, lanares y caballares con cuya venta se enriquecen los mal llama– dos colonizadores, en vez de soportar el espectáculo de 45 ,ooo indios civilizados, conscientes de sus derechos humanos y sociales, viviendo su vida patriarcal, y hacien– do producir las tierras de sus heroicos padres, bajo la protección del sacerdote y del Estado> . Este absurdo sistema de explotación es el mayor obs– táculo que se presenta hoy en la Araucanía, en sentir del P. Sigifredo: el sacerdote tiene que hacer prodigios de abnegación y sacrificio, para no aparecer ante los natu– rales cómplice de los civilizados que los roban; y para atajar este mal, aconsejó él al señor Puga Borne, que se promulgara la proyectada nueva Ley de radicación de úzdí~enas, que los ~mparara eficazmente en la posesión Je un pedazo de su tierra, donde poder vivir y multipli– carse, s111 miedo á los coionos extranjeros.

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