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EN LA ARAUCANÍA 1889-1910 363 venes que instruye, en el manejo de estos medios mo– dernos de simplificar el trabajo, economizando tiempo y dinero. Ciento cuarenta niños chilenos y mapuches al – berga durante el curso la Misión de Padre Las-Casas, dirigida hoy por el P. Venancio de Friedrichshafen, dig– no continuador de la obra del P. Jerónimo, y que ha lo– grado sacar varios jóvenes perfectos oficiales, dispuestos á ofrecer su trabajo en las mejores condiciones . El apren · dizaje dura dos años, al cabo de los cuales, los que han perseverado son premiados con un regalo de todas las herramientas é instrumentos del oficio que han apren– dido; de modo que al día siguiente de salir del taller, pueden comenzar á ganar un buen salario: no creemos que pueda ofrecerse mejor estímulo para sostener b constancia de los jóvenes. Así en pocos años podrán ofrecer á la sociedad hombres útiles y laboriosos. En la misión de Panguipulli se instaló también un ta– ller de carpintería bajo la dirección del Hermano Eladio, y talleres de sastrería y zapatería que dirige el Hermano Thiemo. En los colegios misionales de Villa-Rica y Boroa hay también talleres de sastrería ; y en casi todos los co– legios, los niños indígenas son iniciados en los trabajos de horticnltura y arboricultura; y si la Misión cuenta con algunas hectáreas de terreno propio, el P . Misionero hace que los niños internos practiquen la agricultura, con los procedimientos modernos y racionales. Mucho cuesta, es verdad, doblegar la voluntad de los indiecitos á estas instrucciones prácticas; pues, además de que, de suyo, son indolentes, sus mismos padres se oponen, diciendo que mandan sus hijos á la escuela no para trabajar, sino para estudiar.

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