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360 MISIONES DE LOS PP. CAPUCHINOS de establecer en algunos puntos principales de la Arau– canía escuelas de artes y oficios para los indígenas. Esta idea, eminentemente práctica, fué ensayada en tiempo del P. Alejo de Barleta ( r 888), como se vé por estas pa– labras suyas al Supremo Gobierno: « Esta Prefectura tiene tambi én la satisfacción de poner en conocimiento del Mi– nisterio, que pudo realizar la idea acariciada desde mu– chos aiíos, de establecer pequefios talleres de las artes más necesarias , en las Misiones de Bajo Imperial y Ra– hué: en la primera hay un tall er ele herrería y mecánica; y en la segunda de carpintería y sastrería » ( I ) . Desgraciadamente estos talleres no pudieron soste– nerse más de :_111 afio, cosa nada extrafia, supuesto que éste es el progreso más decisivo y á la vez el más di– fícil de sostener y llevar adelante entre los araucanos, cuyo temperamento indolente, su absoluta falta ·c1e pre– visión para las necesidades de la vida y cierto fata– lismo congénito, los hace estacionarios en el cultivo de sus pobres tierras, que les dan patatas, maíz, trigo y algunas verduras, amén del sustento de sus bestias y aves domésticas. Teniendo estos elementos necesa– rios para su alimento cuotidiano, no pretenden otra cosa; no aspiran á más : aunque lamenten amarga– mente la explotación de que son víctimas de parte de los industriales y comerciantes, á quienes deben en– tregar casi siempre el precio de sus trabajos. No les falta, i la verdad, intel igencia para el trabajo; pero son incons tantes; y si pueden comer trabajando un solo día .ó unas pocas horas, no se fatigarán trabajando toda (1) BilJl ioteca Naciuual. Me111orÍ:1!:' rnini,.:teriale~, (lSS,'(). ArchiYO de Santiago. Leg. YI, X.o :=i~.

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