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358 l\lISIONJ•: S DE LOS PP. CAPUCHINOS lica con una módica cantidad para los colegios ya estable– cidos; pero lo que hasta el presente se ha hecho infunde halagadoras esperanzas de que, la acción eminentemente moralizadora que ejercen las abnegadas religiosas en las niñas y jóvenes indígenas, suplirá én gran parte la deficiencia de las leyes nacionales, que han dejado el matrimonio cristiano al amparo de una sanción civil que no llega á la conciencia; leyes burladas en mil formas, y que corrompen prematuramente las ideas del indio, rela– tivas al matrimonio y á la familia. Solamente las mujeres arancanas, educadas cristiana– ni.ente, pueden conseguir que la ruca no continúe siendo un grosero harén, ni ellas miserables esclavas del indio, á quien apenas reprimen las leyes penales. Mas, levantadas ~us ideas, educadas con todo el ca– riño que inspira el amor de Dios, é instruídas en cuanto puede y debe saber una sefiora del hogar, se impondrán fá~ilmente al respeto público, y sabrán servir de ejemplo á los mismos col onos europeos.

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