BCCCAP000000000000000000000204

22 !IISIONE8 lH! LOS l'l'. CAPUCHINOS que siguieron las huellas del inmortal (;.enovés y su– cesivamente dieron cima á su gran pensamiento: á la conquista violenta, ruidosa pero imperiosa y fulminante por las élrmas, sucedió siempre la conquista pacífica, len– ta, penosa y sacrificada, peco más duradera, por la Cruz y el Evangelio. Al célebre Francisco Pizarra cupo la gloria de con– quistar al Perú, la tierra de los Incas, que pronto vino á ser el centro de la vida colonial v el asiento de su ao- - b bierno con los virreyes; y al entrépido capitán Pedro de Valdivia deparó el cielo la gloria imperecedera de la con– quista de Chile, donde dominaba la raza más guerrera y brava quizá de la América meridional. El bravo capitán, tras terribles y legendarias luchas con los indómitos araucanos, consiguió plantar el pabellón español al pie de los Andes; y á una con él, llegó al país el famoso sacerdote extremeño Don Bartolomé Gonzá– lez :.\Iarmolejo, acompañado del religioso mercedario P. Fr. Antonio Rondón, los cuales, unidos en sus prime– ras excursiones evangélicas, tuvieron la dicha de formar el núcleo vigoroso de la Fe, y de levantar por vez pri– mera en Chile la Cruz del Redentor, fundando á orillas del :.\Iapocho la primera Iglesia, el r 2 de Febrero de r 54 r, bajo la advocación de la Asunción de la Virgen. En un principio la Iglesia de la Asunción de Santiago fué una simple parroquia del Obispado del Cuzco (Perú¡ en cuya jurisdicción estaba enclavada por razón de la mayor proximidad; así es que en 4 de Mayo de r 546 el Iltmo. Sr. Don Juan Solano, segundo Obispo del Cuzco, nombró cura y vicario foráneo en la ciudad y territorio de Chile étl citado Sr. G~nzález l\Iarmolej o. :'.\fas habién - dose erigido otro Obispado en Charca ó Chuquisaca (hoy

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz