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PERÍODO DE T!iANSLCJÓN 1888-1889 323 la ley de presupuestos para el año en curso sin contar con el Congreso, totalmente opuesto á cuanto el Presi– dente quería. El día 7 del mismo mes estalló una revo– lución formidable, estando al frente de ella el capitán de navío don Jorge Montt, que asumió el ma1 do de la es– cuadra sublevada, en la que se hicieron á la mar los principales autores del levantamiento, en su mayor parte hombres eminentes del partido Conservador. El ejército de tierra permaneció fiel al Presidente . So– brevino, pues, la guerra civil sangrienta, en la que el dictador llevó siempre la peor parte, hasta que sus tropas fueron derrotadas completamente en la batalla ele Placilla el día 28 de Agosto, entrando luego triunfante en Santiago el ejército revolucionario. Pues bien, cuando ambas partes hacían levas forzosas por pueblos y cam– pos para engrosar sus respectivas filas , en Los Angeles, los jóvenes que trabajaban como artesanos, y aun los simples jornaleros, acudían á la obra del convento é iglesia de los Capuchinos como único medio para quedar libres de tomar las armas: bastaba que fueran operarios de los Padres par2 que nadie los molestara; y siendo el partido revolucionario amparado con el grueso del ele– mento católico, y los balmacedistas teni dos entonces por anti-religiosos, no creyeron estos jamás que los Capuchi– nos pudieran dañar su política haciendo campaña contra ellos; lo cual prueba el profundo respeto que supieron conquistarse en la sociedad, y el desinterés que brill ó en todos sus actos. Esta circunstancia favoreció, por otra parte, al pronto éxito de la obra material, pues abundaban los oficiales y trabajadores, cuando tocias las demás construccione·s y trabajos sufrían la consiguiente paralización.