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PERÍODO DE THAI\SICIÓN ] 888-188\:J 3)9 á la llegada de los Padres habían sido aprendidos por la policía y notificados, por fuerza, de la demanda judicial. No sabemos cómo ponderar la abnegación del P. Ga– briel de A.dios, superior de aquella fundación, durante los dos meses que trabajó sin éxito, y entre enemigos en la iglesia parroquial y en los campos, para desvane– cer los recelos , y demostrar al público que no querían el legado sino el bien espiritual de todos. Por fin, á mediados de Mayo, resolvieron aventurarse y arrendaron una casita y un galpón grande en la calle central del pueblo, y para principios de Junio estuvo to– do en disposición de comenzar con toda solemnidad el mes del Sagrado Corazón de Jesús. Por confesión del mismo Padre Gabriel, y por relacio– nes de buenos amigos de entonces, que aún viven, sa– bernos que aquellos obsequios al Sagrado Corazón fue– ron tan eficaces, que de un día á otro se volvió todo el pueblo favorable á los Padres; en particular las clases pudien tes de la sociedad angelina, los atendían y acudían en masa á sus ft.rvorosas predicaciones, que fueron el principio de un apostolado fecundo y estable, y prepara– ción para el nuevo convento, que en el mismo año se principió á levantar, sin otros recursos que los de la ca– ridad. G racias á ella, en Septiembre del mismo año tuvieron con qué comprar un terreno por la suma de S 2,700 á la L1milla de La B:irra Cifuentes, y comenzar la construc ci ón de la iglesia, convento, y casa de ejercicios para los hombres ( r). El P. Baltasar de Lodares dirigió per– s :::i nalmente la obra con la actividad propia de su carác- (1) .Archi yo dt Santi::igo Leg. YIII K. 0 5S y 5D.