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318 l\IISIONES DF. LOS PP. CAPUCHINOS muchas excusas cohonestadas con la voluntad del testa– dor de que la comunidad y convento debían ser de PP. Redentoristas ( 1 ) . Ante actitud tan injusta y villana el sefior Vicario Ca-– pitular recabó de los tribunales qne se notificara judi– cialmente al sefior Badilla y entre tanto manifestó al M. Rdo. Padre Pedro de Usun su deseo de que los Padres fueran á Los Angeles y comenzaran á trabajar, confia– dos en su derecho y en las limosnas de los fieles, que no faltarían. No era ciertamente muy halagüefia la situación de unos pobres hijos de San Francisco, recién llegados á tierra extranjera, con hábito y misión de penitencia y apostolado, entrar en un pueblo como litigantes por ad– quirir un cuantioso legado; y por más que ellos no eran los demandantes, sino simplemente los favorecidos por ,·oluntad de la autoridad eclesiástica y civil, según lo de– terminado por el testador, aparentemente, ellos llevaban el peso del litigio, supuesto que de su resolución espera– ban el beneficio. Así fué que los Rdos . Padres Gabriel de Adios y Bal– tasar de Lodares, destinados por la santa obediencia, en Marzo de r 890, para fundar aquel convento, tuvieron que arrostrar los recelos y mala voluntad del público, instigado por los interesados , que en la noche anterior (1) La sinceridad de este ¿caballero? ... al aducir entonces y ... siempre la voluntad del testador, puede colegirse del hecho ele que, poco después que los capuchinos (comprendidos evidente– mente en las cláusulas del testamento y que edificaron el con– vento durante el plaz0 fijado), se establecieron los PP. Redentori!o– tas en Los Angeles .. y... tampoco a ellos alcanzó el beneficio rlel legado.

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