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:3]6 llI18IONE8 DE !.O~ PP.CAPUCHIN08 primera y segunda, ( 1) destinaba el legado al estableci– miento en Los Angeles de un convento y comunidad de PP. Redentoristas. Advertía que los Padres deberían acep tar de !tecito la fundación y ejecutarla en el plazo fa– tal de cinco afios; cumplidos los cuales, si no lo hacían, el legado debería de ser aplicado por el Iltmo. Sefior Diocesano y por el Intendente de la provincia á cualquie– ra ot ra Orden religiosa que se comprometiera á fundar un co:wento de su Instituto en el mismo plazo. Estas eran las condiciones que imponía el testador á su hermana y heredera sefiora Brígida Rebolledo, y á su albacea testa– mentario sefior Roberto Badilla. El afio I 886, con focha del r 5 de Mayo el R vdo. Pa– dre Superior de los Redentoristas escribió desde Lima renunciando el legado, y cediendo todos sus derechos en manos del sefior Obispo de la Concepción, para que, según el testamento, pudiera aprovecharse de ellos cual– qui era otra comunidad religiosa. Tal era el estad.o d'= este asunto cuando llegaron los Padres capuchinos espa– fioles en r 88 9, y con este pingüe legado contó desde luego el sefior Vicario Capitular, al pedir con notoria in– sistencia la fundación del convento de Los Angeles, en significativas cartas al Rmo. P. General y al Rmo. Pa– dre Joaquín de Llevaneras ( 2 ) . Como se ve, la ocasión no podía ser más tentadora. E! Rmo. P. General autorizó la erección del convento, p or decreto firmado en Rávena, durante la Sta. Visita, el (1) Archirn de Santiago. Leg. VII[, K. o 5í. Archirnclo también Pn la Curia de la diócesis de Concepción. l:2) Archivo de Santiago. Leg. VUI, N. 0 5,j. E n dichas cartas expre;,a las mi ~rnas ideas que en el auto ele erección canónica del conwnto. Archirn de Santiago. Leg. VIII, K. o ,j(i_

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