BCCCAP000000000000000000000204

308 l\IISIONF.S DE LOS PP. CAPUCHI NOS expedición por falta de recursos pecuniarios, ofreció desde luego adelantar seis mil pesos, que le serían rein– tegrados con los estipendios de misiones de Curia que los Padres deberían dar en la arquidiócesis luego que se establecieran en Chile. Bien se ve por este ofrecimiento, que el señor A rzo– bispo quería á todo trance misioneros capuchinos que continuaran por los pueblos y campos de su jurisdicción las gloriosas tradiciones de la comunidad de Santiago: así lo decía expresamente el P. Prefecto en carta de amistad al P. Adeodato de Bolonia, ( r ) lamentándose de que estas manifestaciones del Prelado influyeran no poco en predisponer los ánimos de los antiguos misioneros contra la venida ele los españoles, quienes forzosamente , al llegar á Chile, debería11 distraerse por algún tiempo, del principal objeto de su misión. Anotamos estas circunstancias porque, á nuestro jui– cio,. explican en gran parte los acontecimientos inmedia– tos de que nos vamos á ocupar. Cuando el Prefecto avisaba su llegada á Chile al Rmo. P. Joaquín, por carta del 7 de Octubre, al mis mo tiempo que le repetía sus ruegos ele que mandara pro n– to la expedición primera, le prevenía lo que ya su recto corazón y su experiencia habían previsto descle un prin– cipio, esto es , que los Padres italianos estaban muy con– formes en recibir á sus hermanos de España como cola– boradores de su apostolado en la Araucanía; pero que el proyecto de que sus súbditos ocuparan simultám:a– mente tocias las :Misiones y hospicios, y r:le que estos quedasen inmediatamente bajo su jurisdicción, les h;;:_bi~t

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz