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258 lllltHONES DE LOS PP. CAPUCHINOS » Hacia el fin de Enero de r 874 llegó el Padre Plácido mandado por el Padre Prefecto á sustituirme y hacer en– trega de la Misión al Párroco que era esperado de día en día y todavía no llegaba. Yo dejé la Misión de San José definitivamente el día 2 de Febrero para ir á esta– blecerme en Purulón. > La primera cosa que hice fué construir una peque11a casa con le11os toscos , cubiertos con yerbas; y el campo , tapizado de heno verde, era la mejor habitación que te– nía ... Allí oraba, allí recitaba el divino oficio, y en la casita hacía fuego, cocinaba, comía y dormía. •Levanté á un lado un peque110,_altar para decir la l\1i– sa, cuando me era posible, porque la lluvia y el viento entraban por todas partes; y permanecí así tres meses, esperando los medios necesarios para comenzar la fábri– ca. Mientras tanto, un indígena infiel de Cúlcia, por nombre Curúlco, que aborrecía á los misioneros y se en– furecía al oír hablar de Misión , llamó á los de Boróa á fin de que viniesen á incendiar mi pequeña choza y á quitarme la vida. » Mas el comandante de San José, en cuanto lo supo, vino inmediatamente á Purulón con tropa para defender– me y castigar á los indígenas ; pero no hubo necesidad , porque los indígenas se humillaron y prometieron no ha– cer nada contra el misionero. >> Después de tres meses recibí orden del Padre Prefec– to de comenzar la fabricación, notificándome que el Señor Arzobispo de Santiago había determinado man– dar limosnas recogidas de la distribución de la Bula de Cruzada. Entonces puse manos á la obra; mas los indígenas se mostraron muy descontentos viendo los operarios que habían venido á labrar la madera, y se
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