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lcX LA AliA.UG.-1 l"ÍA. 1859 -1865 237 paración de iglesias misionales de pueblos donde la n.ia – yoría de los vecinos era de fieles cristianos. El Padre Damián respondió á estas observaciones en carta del r 4 de Diciembre de r 86 2 sin lograr con– Yencer al Prelado de la legalidad de su proceder. Así se colige de la comunicación del sefi.or Obispo el 2 7 de Di– ciembre del mismo afio, en la que, al mismo tiempo qu e acusa recibo de cuentas, insiste en los cargos primeros c0t,cretándolos más, é indicándole las cantidades que á su juicio estaban invertidas indebidamente en las igl e – sias de Valdivia, Toltén, San José é Imperial. El Padre Damián debió sentirse un tanto molestado , sobre todo por lo que se refería á Toltén é Imperial , reducciones misionales de indígenas, enclavadas en el coralÓn de la Araucanía; y admirado de que sus amis – tosos descargos no llegaran á satisfacer la delicadeza de conciencia del Obispo de Concepción, escribióle una lar– ga exposición sobre hechos y lugares aludidos, con fe– cha 23 de Abril de I 863 , desde Santiago. En ella, des– pués de explicar detalladamente las cantidades gastadas en las obras objetadas, y de hacer constar su rectitud y buena fe, aborda el punto principal donde estaba el principio de la divergencia de criterio, que originaba la discusión, y que no era otro sino la interpretación de las palabras con que el Sumo Pontífice había determi– nado el uso que debía hacerse de las limosnas de la Bu– la. Efectivamente, en eso estaba la raíz del incidente , romo lo reconoció el sefi.or Salas díciendo « entre su jui– cio y el mío, en este punto, media un abismo ». ( I) Sobre este abismo intentó tender un puente el Padre Da- (1) Archirn de Santiago, Leg. II, núm. 16.

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