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EN CHILE Y AfWE:--''.l'INA ll para surgir arrogantes, provocar divisiones y conflictos, y ...... vencer gloriosamente. Si Espalia hubiera coloni- zado los países de la Am~rica Meridional, como la Gran Bretalia los países de la América Septentrional, no hu– bieran siclo posibles estos pueblos americanos que invocaran ahora el nombre sagrado de Patria para saltar del regazo de la l\faclre común. El sistema de exterminio ( I no es el más á propósito para mejorar las razas conquistadas y combinar su sangre y sus cualida– des típicas con la sangre y las costumbres de la raza conquistadora, de cuya mezcla resulte un pueblo homo– geneo, con vinculaciones de sangre y de gloria que pue– dan invocarse para sentirse orgullosos de su país natal– He aquí sucede en América, sobre todo en Chile; la sangre de los héroes de la Independencia era sangre espaliola y sangre araucana: los hombres que pelearon contra España heredaron sus glorias militares y religio– sas y el indómito valor de los araucanos. La Revolución fue una guerra ci,·il en la que combatieron hermanos contra hermanos, todos cubiertos con mismas glorias del pasado. El triunfo de los Patriotas hizo á Chile so– berano, suz'jztrú, dueño de sus destinos; pero los realis– tas, del siglo XIX, demostraron con su heroísmo que eran dignos sucesores de los conquistadores del siglo X\'I, pues no pudieron ser vencidos sino con las armas, la estrategia, el valor y la educación que España inoculó en la invicta raza araucana. Pitarra, Valdivia, Villagrán n; E" el que Inglaterra emplea con los indígenas de Australia y lo,-; Estado::< r nidos con los indios Pieles Rojas, con tal éxito que hoy domina en absoluto la raza conquistadora r apenas que~ (fon miserahleE reliquias de la raza primitini.

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