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230 llIISlONES DB LO:S PP. CAPUCHINOS sus espaldas, los trasportó al lugar por él escogido, y allí edificó una peqLJefia casa para defenderse de la in– temperie. Allí pasaba el día y la noche, llevando una vi– da de perfecto anacoreta, és to es, entregado á la ora · ción, al ayuno y á las austeridades con el fin de mover á la divina misericordia del Sefior, para que tocase el corazón de aquellos feroces y obstinados infieles. » El Señor le escuchó y dió lo que pedía; puesto que, á la vuelta de algunos años había ganado ya los corazo– nes de aquellos salvajes, y aquel lugar inhospitalario y lleno de peligros, vino á ser después, de grande seguri– dad para todos. Por esa razón hoy tenemos en Toltén una importante Misión y una bellísima villa donde flore– cen las artes, las industrias y el comercio, con es tableci– mientos públicos para la educación de la juventud; gran p3.rte de sus vecinos indígenas son hijos dóciles de la Iglesia, y los demás han cesado de ser sus enemigos. » Todos estos bienes de inapreciable valor se deben á la paciencia y constancia de aquel virtuoso apóstol, lla– n1ado Padre Pedro de Reggio, el cual, teniendo el espíri– tu de Jesucristo y la mansedumbre de cordero, cambió aquellos lobos feroces en mansos corderillos . Por eso cuando la obedit:'.ncia le llamó en I 8 78 para ser vice– Prefecto en Val di via: y cuando de allí lo llamó p8.ra ser superior en el convento de Santiago, los habitantes de Toltén y después los de Valdivia, manifestaron grande sentimiento, diciendo que p ,:rdían un Santo. , Más grande fué la pena y sentimiento que tuvieron los de Santiago, cuando el día 5 de Agosto de I 88 5 partió 1-1ara el cielo cargado de merecimientos, adquiri – dos con su paciencia inalterable, con su piedad, caridad, y afabilidad siempre igual, con su asiduidad en el confe-

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