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EN LA ARAUCA.NÍA. lflf>4-1859 199 co, apenas había conocido la trama del cadque Maguil, le mandó un mensajero, aconsejándole que desistiese de su feroz proyecto, amenazándole que le impediría por la fuerza de las armas, el paso por sus posesiones. »E-,ta intimación produjo su efecto; porque el cacique Maguil, temiendo ser descubierto y castigado por el Go– bierno, se retiró al pie de la cordillera andina. i, Este fué uno de los muchos favores que el cacique Paignanco hizo á nuestra Misión del Imperial ,, .--\demás, en las públicas reuniones siempre alababa á los misioneros, y recomendaba á todos que les tuviesen mucho respeto; y por este motivo sus contrarios le ame– na zaron repetidas veces con la muerte. "Por el afec to grande que nos profesaba venía con fre– cuencia á visitarnos y á pasar algunos días en nuestra compa11ía; y mi compai1ero aprovechaba estas ocasionec; para hablarle de las cosas de la Fe, y disponerlo á re – cibir el Bautismo. ».--\quel buen viejo escuchaba con placer sus palabras y las conservaba en su corazón; n1as, como estaba enveje– cido en la superstición y en las cos tumbres bárbaras, en– contraba gran dificultad para creer y practicar aquellas verdades sublimes, que nada tienen de terrenal. Sin em– bargo, la g racia divina, que tiene el poder de salvar á los hombres de buena voluntad, quiso premiar su docili– dad , trasladándolo á la familia de los hijos de Dios, poco an tes de su muerte . "En efecto, el P. Constancio, acercándose al lecho del enfermo, comenzó por dolerse de su enfermedad, y le dijo que había creído un deber venir al momento á vi– sitarlo para satisfacer todos sus deseos y hacerle todo el bien que pudiese.

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