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LA SOCIEDAD EVANGÉLICA 186-l-1:'3:;~ 17~_1 blo . Francisco no se retiró del campo musulmán, sino cuando vió que solo encontraba vanos honores y agasa– jos, donde había ido á buscar almas y el martirio. De entonces data también la primera consagración que tuvo el apostolado franciscano entre infieles con el san– griento martirio de S. Berardo y compañeros mártires en el A frica ( r ). Debía haber leído el sei'lor Orrego los transportes de santo júbilo, con que el ~;co. Padre recibi ó tan fausta no– ticia diciendo: « ahora sí que puedo decir que tengo cinco verdaderos frailes menores ,> . Her,ho aún más memorable porque determinó la vo– cación á la milicia seráfica ele Fernando de Bouillon, Er– mitaño de San Agustín en el convento de Santa Cruz ele Coimbra, á qui en en calidad de Hermano hospedero, había cabido la honra ele alojar y cuidar á Fr. Berardo y compañeros cuando se dirigían al Africa. Cuando pocos meses después vió pasar por Coimbra sus restos mortal es adornados con la palma del martirio, sintióse impulsado á hacerse miembro de una Orden que, apenas nacida , pro- (1 ) La, palabras con que tl Seo. Padre comunicó ú est, s misio1w– ros su destino , son tcrmin;1ntes, talc·s como las trae el nodsimo historiador de S. Francisco, Johann cs J oergensen, traducido de l:1 lengua danesa i la frnnci,sa por Teoduro \Yyze"·a (ParJs 1909). En el libro IIf, titnbdo «Le Chanteur de Dien », pag. ~9,, di ce así: "Dieu m'a ordonné, mes cherf' fil~ , de vous e1n-oyer an p:i.y:;: eles sarrazins, pour annoncer et confe:-:-er rn foi, et pour combattre la loi ele ~Iahomet... .. . Done, soyez prds á accomplir la volonté clu Seignenr!! " . El erudito y elegante biógrafo dimnnarqnés ha dedicado ademús todo el libro II, de su bellísima ob ra, á "S'1.n Francisco Apóstol' º, detallando concienzudamente las mi:::iones extranjeras de los pri– meros Franciscanos.

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