BCCCAP000000000000000000000204

166 JIIISIONJ,S DE LOR PP. CAP"GCHINOS la Iglesia de Jesucristo, y jamás se doblegó ante el res– peto humano ó ante las amenazas de los poderes <le la tierra. La lectura de las numerosas Pastorales y folletos, que salieron de su fecunda y vigorosa pluma deja en el ánimo la íntima persuasión de que se oye hablar á un hombre excepcional y providencial. El sefior Salas fué, en efec to , un genio tutelar para la Iglesia de Chile en días de safiuda é insidiosa persecu– ción. El en tierro del cadáver del coronel Zafiartu, concubi– nario público, por el que se atropellaron todas las leyes eclesiásticas y civiles vigentes, dió lugar al Obispo de Concepción , donde se había consumado el atropello, pa– ra una de sus más brillantes campafias en de fensa de la \·e rdad y de la justicia concuicadas. La vocinglería de los sectarios tomó á su cuenta la innoble empresa de manchar con grosi:ras calumnias el nombre del gran Obispo; éste cal ló pacientemente, y ob– servó la viva discusi ón que su protes ta oficial provocó en las Cámaras ; y cuando ios ánimos, calmados ya, se halla– b 111 mejor dispuestos á oír la verdad dió á luz un follet o célebre titulado «Los Cementerios » que produjo un entu• siasmo delirante en todas las personas de honor, y la con– fu sión más espantosa en las filas de sus ad versarios. Júzguese de la nlentb. y nervio del ren ombrado folle– to por algunas frases de su introducci ón que copiamos: •Yo no pido la revisión de un proceso ni aún siquiera un nuevo examen ante los jueces que reh uso por incom- pe tentes ... .. . •En los tiempos que corren y con los rudos golpes que á la virtud se dán y con los honores que al cinismo y á

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz