BCCCAP000000000000000000000204

146 :ililSIONES DE LOS PP. CAPUCHINOS Valdivieso hubo de afrontar tan delicado negocio por delegación ele la Santa Sede. Las necesidades y males que aquella reforma trataba de remediar, dependían como de principal causa de las fals:is ,·ocaciones, según lo relata minuciosamente el autor ci– tado, cuyas palabras nos abstenemos ele transcribir por creerlas excesivamente duras, pero que pudieron tener entonces exacta consonancia con los hechos y con la fre– cuencia de secularizaciones; y sobre todo estaban justi– ficadas (y aún hoy no están desmentidas), por la gran ca– lamidad de las residencias habitadas apenas por uno ó dos religiosos, donde no puede existir la vicia regular, y donde se consume el tiempo y se pierde el espíritu reli– gioso en la ociosidad. Ante los hechos debió sin eluda haber sido el P. Pre– fecto más cauto y receloso , y no creer con tanta facili– dad que los jóvenes del país se elevarían, lisa y llanamen– te , á un concepto tan estricto ele la vida religiosa y tan en discordancia con lo que se veía por lo general en los conventos. El mismo prestigio ele austeridad, que rodeaba á los Capuchinos, espantaría á los más reflexivos: los que se atrevieron á emprender aquella vida no pudieron acomo– da rse á ella, y hasta hoy, los hechos dan la razón á los refractarios á las ideas del P. Prefecto en este negocio. ~o creemos que puedan prometerse mejor suerte las Ordenes religiosas ele penitencia y austeriJad, ciada la de– cadencia ele caracteres debida á la educación, cada día más afeminada , tanto e.n Europa como en América. No fueron los Capuchinos los únicos que concibieron el propósito de formar misioneros con elementos del país. Ya hemos citado á este propósito las palabras del

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz