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FUNDACIÓN DE CO~V1]NTOS 1851 - 185f) 123 comienzo de las misiones entre infieles) aún no bien con– solidadas, y que exigían todo el personal y toda la aten– ción del Superior de ellas, distraído necesariamente en los delicados cuidados que consigo traía la fundación del convento en la capital. Así lo hace notar el autor de los apuntes ya citados , donde se muestra absolutamente opuesto á la idea del P. Prefecto, por considerarla inoportuna, porque absor– bía su atención y porque sacrificaba recursos pecuniarios y misioneros que eran del todo necesarios en las regio– nes de la Araucanía: estas resistencias y los inco1wenien– tes que las motivaron debieron influír en el ánimo del P. Lonigo, y sin desalentarlo, le hicieron sin duda temer un fracaso ) por la oposición de los Superiores Generales. II. Resistencia 11 11e se le opone en Roma Vi no en efecto la resistencia que era de temer; y aun– que cedió á las razones que personalmente alegó el P. Prefecto, nos parece oportuno llamar la atención sobre el juicio que desde luego recayó en Roma sobre los anunciados proyectos. Es te juicio se halla expresamente documentado en una aten ta y oficiosa carta del Rmo. Padre Feli~ ele Lípari, Procurador General de la Orden en la que responde á la demanda del P . Lonigo ( r) « El convento que trata de f 111dar VR., dice, no ha sido aprobado por los Superio– res Generales de la Orden y esto por muchas y funda– das razones de las cuales le manifestaré la principal. 1) ) .\.rchivo de Santiago. Leg. I, X.o :3. (Trn<lu cción del itali:wo).