BCCCAP000000000000000000000204
EN L.A. ARA.UC ANÍA 1848-1859 107 hice yo una cruz grandísima para levantarla en medio de una dilatada pradera. Se juntaron los dos prisioneros, uno de los cuales me quiso regalar un buey y el otro un ternero. "Despues nos dirigimos al lugar preparado para la fies– ta, donde nos esperaba una gran multitud de hombres á caball o, algunos armados de sables. »Después del saludo de estilo presenté á la multitud á los ·dos caciques libertados por mí, los cuales, llenos de gratitud, no podían separarse de mi lado. Un grito gene– ral de , /vi1•a nuestro protector.' >) inauguró aquel primer acto . » Hecho un poco de silencio, ordené que colocaran la cruz en el agujero preparado. Ahc.ra, me dijeron ,plata.' y yo, creyen do que querían ser pagados les dije que, cuando se concluyese la fit:sta , pagaría lo que les debie– se. Mas ellos contes taron: sin la plata no se pued en plan tar cruces . »Entonces el P. Adeodato que me acompañaba les presentó algunas monedas de plata y ellos, tomando tres, las pusieron en el hoyo preparado p:tra la cruz. Les pregunté por el significado, y ninguno me supo contestar . Mientras se levantaba la cruz, la ola de los salvajes cre– cía; las mujeres se apuraban en dar de beber á los hom– bres; y el relinchar de los caballos, el correr de acá para allá con el cabello suelto como furias, era la prepara– ción para la fiesta y ceremonia extra11a que iba á co– menzar. >E_n efecto, es tando todos á caballo, se pusieron en or– den para dar principio á la carrera que debía tener lugar al rededor de ta cruz, y á la cual yo debía asistir y tomar , parte en ella.
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz