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104 Illl:'lONES DE LOS PP. CAPUCHINOS ~ Yo tomé por guía á un indígena que hablaba español. Aceptó mi oferta y prometieron fabricar una buena casa para el Padre. > Mas se me presentaba una dificultad para escoger el camino que debía seguir, porque las fronteras de Norte y Sur estaban ocupadas por las tropas chilenas y la una y otra eran para mí demasiado peligrosas, atendiendo ,í. la mala voluntad que me tenía el General en Jefe. "Me pareció menos peligroso el int~ntar una sorpres:l por la parte del Norte, pasando por medio del ejército donde se encontraba el General; porque él no podía juzgar que fuese yo tan atrevido como para exponerme á sus iras. ,. Tomé pues aquel camino y después de tres días llegué al río Bío-Bío donde estaba acampado el ejército; pero los soldados no me dijeron palabra; preguntándoles yo , mostráronme donde estaba la barca para pasar el río; en otros doce días más, atra vesando montes, valles y ríos , llegué á Santiago como á la mitad de Febrero de I 85 0. Conté al l\'linistro del Culto cuanto me había aconte– cido y le rogué que me diera oportunas credenciales, para que ningún empleado se atreviese á molestarme, y para poder presentarme al General mismo y desenga– fi.arlo del falso concepto que ele mí había formado; mas el Ministro no qu iso dármelo; "para que no me expu– siese, decía él, ú más graves peligros )) . Me presentó después al Presidente de la República, el cual , después . de haber oído la historia de mis aventuras, me preguntó respecto del .n aufragio del «Joven Daniel,> y de la muerte de su tripulación cometida por los araucanos. :i-Yo, estando persuadido de que aquello era una .ca-