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EN LA ARAUOANÍA 1S48-18D9 99 Concepción, que confina con el norte de la Araucanía, pidió fuerza al G~ bierno para castigará los culpables, y el Gobierno mandó.toda la tropa disponible á las dos fron– teras de la parte de Valdi vía y de la de Concepción, creando general en jefe al Gobernador de es ta última. , Estaban para partir de Santiago las tropas y yo tam– bién me preparaba para la marcha. •Las circunstancias no eran favorables para mi empre– sa. y no falt ó quien me persuadiera éÍ que la difiriese hasta 1a terminación de la guerra. •La Sociedad E,·a.ngélica no creyó oportuno darme la pla ta para fundar la l\'Iisión , y se limitó á entregarme cuanto era necesario para mi viaje el e más ele 800 millas por tierra. » Así que, á mediados de Noviembre partí ele Santiago , y viajando entre chilenos en todos encontraba cordial recibimiento hasta h frontera de la Araucanía . s Desde allí comencé á experimentar todas las priva– ciones de una vida más que militar. » No más cama, no más hospedaj e, ni buena comida , ni pan, ni vino: la desnuda tierra era mi albergue, el agua mi bebida, y las frutas ele la tierra mi comida or– dinaria . » Después de cuatro días de viaje por las playas del mar de Arauco, casi del todo desiertas , llegué á orillas del río Cautín ó Imperial. »Este río que tiene más de 400 metros de anchura y ocho ele profundidad, suelen atravesarlo los Araucanos sobre un bote, hecho de un solo tronco de árbol. , Temblé á la vista de aqu ella navegación ; pero asegu– rado por mi intérprete, me embarqué sobre dicho árbol, sosteniendo las riendas del caballo, que nos seguía á nado .

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