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EN LA. AR:A.UCANÍA l8d3-185\J \)7 ,Está bien le respondí. Ya que el Gobierno no quiere cooperar á la conversión de los infieles) que me permita · al menos recurrir á la piédad de los buenos chilenos, > Esta respuesta mía inesperada aplacó al ~Iinistro_y al momento dió una nota para el g-oberi1ador de Santiago ordenándole, que me redactase la licencia para hacer una cuestación en la ciudad y contornos, recoger los medios necesarios y llevar á efecto mi empresa. La novedad del fin que me movía á recolectar fondos suscitó un entusias– mo tan grande en aquellos generosos ciudadanos, que se aprovecharon para darle una forma estable y solemne. » De aquí trajo origen la , Sociedad Ernngélica » á imi– tación de la obra de la Propagación ele la Fe. » Su Excelencia Rma. el Sefi.or Arzobispo ?e Santiago aceptó la presidencia, y algunos seií.ores ele alto rango aceptaron el título de Directores ó bien de Consejeros: después se constituyeron Centuriones, Decuriones y otros cargos. » El Presidente ele la República la aprobó con Decreto especial y quiso asistir á la solemne inaugura~ión de la Sociedad, que tuvo lugar en la Catedral el 24 de Julio de I 849 . · > El señor Arzobispo cantó la misa; un sacerdote chile– no pronunció un discurso análogo al que se pronuncia en las misas solemnes; todas las corporaciones asistieron á aquella función extraordinaria; y doce de entre los señores más principales de la ciudad, penetrando por el inmenso gentío del pueblo, hicieron una petición de limosna para la propagación de la fe en la. Araucanía. ,El pueblo, que jamás había visto á los señores pedir limosna en pública iglesia, quedó no menos edificado que confundido por no haber sabido antes aquella circunstan- M . Hrsn',mcA 7

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