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71 cinco a ocho días. En todo este tiempo 110 come carne, para evitar que junto con ésta entre en su cuerpo el espíritu del muerto, que supone le está persiguiendo, y no se rasca con las uñas porque puede lastimarse, y por la herida entrarle también el espíritu del muerto. Al indio asesinado no se le pueden hacer exequias mientras no se le vengue o cobre su sangre. Tampoco pueden tocarlo los demás indios, porque si lo tocan se vuelven cobardes . Lo recogen las indias, quienes lo entierran, sin llorar ni demostrar tristeza. On rancho de paj a En las heridas que el muerto recibió de sus enemigos, y también en las de los caballos y mulas muertos en los combates, acostumbran a poner pólvora y quemarla, para que mueran los que las causaron. Cuando algún indio, por cualquier circunstancia , se hiere y hace sangre, ha cometido un delito derramando la sangre de su casta, y ha de pagarla, teniendo que pedir de limosna lo que los dolientes le reclaman, perdiendo al mismo tiempo el arma con que se hirió. Lo que exigen por golpes, heridas casuales y ofensas leves, se reduce a alguna cabra, tabaco, maíz o ron. Entre los guajiros está prohibido nombrar al difunto por su propio nombre; pronunciarlo es cometer una grande ofensa, que
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