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67 primeras hijas le pertenecen a él; los que den por la cuarta hija corresponden a la madre; generalmente, el padre pide por la hija lo que le costó su mujer . Entregados los animales convenidos en el contrato, el novio, provisto de una vaca gorda, se presenta a la madre de la novia, quien se entrega de ella, y en cambio recibe el novio el chinchorro en que aquella noche han de dormir, para quedar efectuado el matrimonio . Prepa r ando m a t e r ia les pa r a e di ficar un ran c ho El día que la in di a da a luz, tiene que entregar el indiq una o dos vacas por los do lores que a la indi a le causó el parto; y si de resultas de éste muriese la indi a, se le hace responsable de la muerte, que ti ene que paga r con una porción de animales. Entre los· indios guaj iros, el egoísmo más grande y más refi– nado, con otra multitud de vicios, es el que predomina en la socie– dad conyugal. El indio ni ama a sus mujeres, ni a sus hijos; resul– tado de todo esto es ser los hijos huraños y recelosos . El g uaj iro, a pesar de la brusquedad natural en él, es suma– mente hospital ario : pues cuando uno llega a su rancho, antes se quedará él sin comer que dejar de atender a su huésped. Cuando uno v isita un rancho debe permanecer montado hasta que los del rancho, uno por uno, le vayan saludando, y cuando ha terminado el saludo deja la caballería , que los dueños del rancho
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