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38 Cuando llegó el día de abandonar Riohacha, llenos de con– fianza en Dios y animados de los mejores sentimientos de caridad cristiana en pro de los aborígenes, llevando levantado en la mano el Crucifijo, penetraron con intrepidez en los bosques de la Guajira, dejando oír su voz a aquellos rústicos seres, por tanto tiempo abandonados, llamándolos con la mayor amabilidad para hacerles Lln Paúre misio nero de excu1·sión por )¿¡ Guajira saber que eran sus padres, que deseaban la felicidad de todos, y por eso iban a instruirlos. Así se dió principio a la primera excur– sión, sin que nada adverso les ocurriese. Conocidas las costumbres y modo de ser de aquellos indios, emprendieron la construcción, en la ranchería de Guamachal, de una capilla y de una casa que sirviera de habitación de los misio– neros y de escuela. La capilla de Guamachal fué dedicada a Santa Rita de Casia, Patrona de la Guajira . Para imprimir mayor solemnidad a la fiesta de la inauguración de dicha capilla, se llevó desde Riohacha una imagen de la Santa, cuyo traslado fué un verdadero acontecimiento para los indios guajiros. Para trasladar la imagen se formó en Riohacha una devota procesión, en la que figuraban muchísimos riohacheros, que se propusieron ir así hasta la ranchería de Guamachal. Cuando la