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29 Guajira; y en la Nevada, San Antonio, Santa Rosa, San Miguel, Marocaso, Rosario, Alánquez, San José y San Sebastián.-Dios guarde a Su Reverencia.-t José, Obispo de Santa Marta.--Sanla Maria, enero 10 de 1888>i. Luego el Obispo se dirigió al Delegado Apostólico, con la siguiente: «Excelentísimo señor Delegado Aposlólico.-Bogotá.– Dios Nuestro Señor me ha concedido la gracia de tener ya en esta ciudad a los RR. PP. Capuchinos, que vienen a evangelizar las tribus salvajes de la Guajira y Sierra Nevada. >iPor la copia del decreto que acompaño a V. E., vendrá en conocimiento de que he establecido la Misión, de acuerdo con el R. P. Superior, en la ciudad de Riohacha, por razones que no se ocultarán a la sabia penetración de V. E.; Riohacha está cerca de la Guajira, y está llamada a ser el punto de partida para atender a los puebios de la Nevada. Verdad es que es muy exiguo el número de los operarios con que principia tan santa obra; pero Dios Nues– tro Señor es fecundo en sus dones y gracias, y contando con su auxilio, la Misión será protegida y tornará más tarde mayor en– sanche. »Mucho me ayudó en mi propósito el ex Delegado Apostólico Monseñor Agnozzi, y tengo seguridad de que V. E. también me prestará su decidido apoyo. »Los recursos con que cuento para la obra que he acometido no son otros que los que Dios me depare. »Espero que V. E. me hará sus indicaciones y me dará sus consejos para proceder con acierto y contribuir, como lo deseo, a la civilización cristiana de nuestros hermanos.-De V. E. atento servidor y Capellán, t José, Obispo de Santa Marta.-Santa Marta, enero 11 de 1888». Por otro documento reconoce como Superior de la Misión al R. P. Valdeviejas, y que es como sigue: «Reverendo Padre Fray José de Valdeviejas: Tenemos la satisfacción de reconocer a Su Reverencia, Presidente de las Misiones Capuchinas de la República de Colombia, y nos será sumamente grato prestar nuestro decidido apoyo para que los hijos del Gran Francisco de Asís recojan en nuestra Patria ópimos frutos en el rebaño del Señor.-Dios guarde a Su Reverencia. --t José, Obispo de Santa Marta.-Santa Marta, enero 12 de 1888». Asimismo pone en conocimiento del Presidente de la República la llegada de los misioneros y de lodo lo que tiene dispuesto, como se ve por la sig·uiente: «Señor Secretario de Gobierno: Tengo la
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