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28 Establécese en la ciudad de Riohacha una Misión compuesta de los expresados Capuchinos, para atender a la civilización de los indígenas de la Guajira y Sierra Nevada. Los Reverendos Padres residirán en Riohacha hasta tanto que las circunstancias demanden otra cosa.-Artículo 2. 0 Nómbrase Superior de la Mi– sión al M. R. P. Fr. José María de Valdeviejas, a quien se le expedirán las facultades necesarias.-Dado en Santa Marta, a nueve de enero de mil ochocientos ochenta y ocho.-t José, Obispo de Santa Marta.-Por mandado de S . S. llma.-Noé Cañi– zares, Subdiácono, Pro-Secretario.» Después de este decreto, el señor Obispo escribe al P. Valde– viejas la carta siguiente: «Al M. R. P. Fr . José María de Valde– viejas, Superior de la Misión de la península Gua jira y Sierra Ne– vada. P.-Gracias a la Divina Providencia, hemos experimentado el más grande gozo por la llegada de Su Reverencia a esta ciudad en unión de los demás Padres, que han sido llamados para llevar la luz evangélica a aquellas tribus que aun permanecen sumergidas en el error y la ignorancia . Sírvase Su Reverencia aceptar, en unión de los demás misioneros, nuestras sinceras congratulaciones. »Como Su Reverencia verá por el decreto que le acompa– ñamos, hemos establecido la Misión de los territorios enunciados en la ciudad de Riohacha y nombrado a Su Reverencia Superior de ella; dándoles, a la vez, todas las facultades que hemos podido delegar, y a la vez hemos aprobado las que Su Reverencia nos mostró, trae en su carácter de Jefe de la Misión. »Igualmente le incluimos las licencias ordinarias y extraordi– narias, para ejercer el ministerio espiritual. No está de más sepa Su Reverencia que oficialmente hemos comunicado al señor Gober– nador de este Departamento naci ona l, como igualmente al señor Prefecto de la provincia de Padilla y a los Párrocos respectivos, el establecimiento da la Misión. »Confiamos en que Dios Nuestro Señor bend.ecirá las tareas de la Misión: ella será siempre el objeto primordial de nuestras tareas apostólicas, y tanto Su Reverencia como los demás Reve– rendos Padres deben contar con nuestro amor y deferencia; y en atención de esta verdad, les impartimos la santa bendición.-Dios guarde a Su Reverencia.-+ José, Obispo de Santa Marta.-Santa Marta, enero 10 de 1888». En una posdata a esta carta, señalaba el territorio de la Mi– sión: «Reverendo Padre Superior de la Misión de la Guajira y Nevada . P .- El territorio que comprende la Misión es la península
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