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332 asimismo la sociedad toda, como no publicada en estas columnas la crónica «Arhuacos-y Capuchinos». El primero en protestar y enviar telegrama de desagravio al Ilmo. Sr. Obispo Atanasia, es el Secretario de Gobierno del De– partamento, Sr . Molina. Siguió el Ilmo. Sr. Obispo de Santa Marta, como lo manifiesta por el siguiente telegrama: «Santa Marta, fe– brero de 1924.-Vicario Apostólico.-Riohacha.-Ante V. S. l. pro– testo, como lo he hecho en público ante los fieles, contra calum– niosas imputaciones hechas a dignísimos misioneros ese Vicariato por ai.1tor artículo «Arhuacos y Capuchinos», que ha aparecido en Enb·e,3a de una casa ~a uno de los nue,·os 1natri1noníos de l'lazaret (Guajira) diario esta ciudad. Apiádese Dios del culpable y continúe prote– giendo leales y abnegados servidores Religión y Patria .-Herma– no.-/oaquín, Obispo>;. Al enterarse los vecinos de Valledupar de las groseras inculpa– ciones contra el Orfelinato y sus directores, protestaron enérgica– mente ante el doctor Molina, Secretario de Gobierno del Departa– mento, diciendo entre otras cosas: «Obra efectuada hasta hoy no sólo satisface sino merece encomio, pues han tenido que vencer obstáculos realizarla, son de trascendental significación y son cifra de toda una historia de · sacrificios por la civilización que sería mengua valorizarlos a la par con el vil metal>>. Con el mismo objeto de defender a los misioneros, el señor Pre– fecto de Valledupar elevó a la Superioridad un informe, del cual