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328 padecer, entonces hablen de la Misión y de los m1s10neros. Y cuando, efecto de su excursión, adquieran claro conocimiento de cuántas son las dificullades con que lucha el misionero para des– arrollar su plan evangelizador en esos inmensos territorios tan apartados unos de otros, con climas tan diferentes, con costumbres e idiomas tan extraños y con caracteres tan distintos; y cuando tengan presente lo qu~ eran los indios guajiros y arhuacos hace treinta años y lo que eran los motilones hace diez; cuando se per– caten de los obstáculos con que se tropieza a menudo y las dificul– tades que ha habido necesidad de vencer hasta llegar a la fundación de los Orfelinatos; y cuando hayan visitado detenidamente todos Primeros matrimonios celeb rados en e l Orfelinato de la 5ierrita (Nevada ) los Orfelinatos y hayan visto el grado de cultura alcanzado por tantos niños y niñas, arrancados unos a la esclavitud y todos a la barbarie; cuando hayan visto a los asilados que gustan ya vestir a la europea, que hablan correctamente el castellano, que leen y escriben y que conocen parte de las matemáticas y de la Historia Patria, amén de otros conocimientos que los ilustran, y esto lo mismo los niños que las niñas; cuando hayan visto D los niños dedicados al aprendizaje de diversos oficios: unos dedicados a las faenas agrícolas, otros en las granjas y campos de experimentación de los respectivos Orfelinatos; cuando hayan visto a las niñas desempeñando con perfección todas las faenas propias de una mujer civilizada, y cuando hayan visto a todos esos niños y niñas