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17 que anhelan el engrandecimiento de ella, pues que hon propendido y propenden al triunfo de la moral y de la civilización de los pue– blos, me hacen esperar que alcanzaré la gracia que pido.-Hono– rables Delegatarios.-t José, Obispo de Santa Marta. - Santa Marta, enero 9 de 1887». Entre tanto, el Obispo de Santa Marta arbitra recursos para preparar la venida de los misioneros; el Rvmo . D. Joaquín de Lle– vaneras, a fin de reunir algunos religiosos para esta Misión, escri– bió una carta circular a todos los conventos, diciendo entre otras cosas: «Pronto, muy pronto resonará en las regiones del Norte de Colombia la voz de los hijos de San Francisco, y esperamos que, para el día de Navidad, algunos de vosotros cantaréis los villan– cicos al Niño Dios, de María y de José, entre los pobres indios de aquellas tierras; unos, que no tienen todavía el sello del bautismo, y otros que, aunque lo recibieron, han olvidado toda instrucción religiosa y no conservan de ella más que el amor a la religión y a los misioneros. Vuestra voz será allí el eco de aquel himno que anunció en Belén «la paz a los hombres de buena voluntad», y será también el consuelo y salvación de los salvajes, porque los indios, como los demás americanos, son gente de buen corazón ; ¡felices los que traigáis a buen camino a aquellas almas extraviadas y abandonadas». 2