BCCCAP000000000000000000000198

14 son asombrosos los adelantos en la ciencia y virtud que hacen en esta Escuela Seráfica. ¡Quiera el cielo que alguna vez la honre V. S. l. con su presencia! »Mi residencia oficial en Madrid, calle de San Bernardo, 9, 5. 0 , donde podrá consignar la correspondencia. »Con este motivo, y encomendándome a sus oraciones, tengo el honor de ofrecerme por primera vez de V. S. l. humildísimo siervo en Jesucristo, que pide su bendición y B. S. A.-Fr. Joaquín María de Llevaneras, Min. Prov. Cap. Esp.» A esta carta del Rvmo. P. Joaquín contestó con la siguiente el Obispo de Santa Marta: «Reverendo Padre Fray Joaquín María de Llevan eras, M. l. N . Prov. Cap. Esp.-Montehano.-Reverendo Padre: La lectura de su muy estimable carta, fecha 25 de Mayo último, me ha hecho experimentar el mayor gozo, y obligado a dar gracias a Nuestro Señor, porque al fin he encontrado en la antigua madre-patria misioneros que vengan a traer la luz de la civilización cristiana a los bosques de esta que fué su hija· predilecta, como sucedió cuando el descubrimiento de este mundo. »En la citada carta, debido a los esfuerzos del Dignísimo Dele– gado Apostólico, residente en esta República, me manifiesta S. R. que están a mi disposición seis misioneros para venir a establecer una Misión en la Sierra Nevada y la Guajira, porciones que corres– ponden a esta Diócesis; pero como es justo, en atención a la po– breza de esa Orden·, debo enviarle algunos fondos, a fin de que se provean de lo necesario e indispensable para constituir una resi– dencia. Al efecto, contando con la eficaz cooperación del Excelen– tísimo señor Delegado Apostólico, me preparaba para seguir a la capital de la República a entenderme con él y arreglar este asunto importante para mí; pero, desgraciadamente, mi salud ha sido inte– rrumpida, y aguardo que la Divina Providencia me conceda el res– tablecimiento de ella para llevar a efecto aquel propósito. Entre tanto, S. R. debe tener preparados los seis misioneros, pues hago esfuerzos para remitir lo más pronto posible la suma que juzgo necesaria; pues además de las consideraciones expresadas, el actual encargado del Poder Ejecutivo de la República, señor Gene– ral José María Campo Serrano, se halla animado de los más nobles deseos en favor de la civilización de los salvajes que pueblan la península Guajira, y no hay duda que él contribuirá con su óbolo para tan grande obra. »Bien comprendo que en los tiempos que atravesamos es nece-

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz