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119 de estas últimas, construyó una casa que había de servir para resi– dencia del Custodio de la Misión. Después de haber residido allí los religiosos desempeñando la cura de almas en la Parroquia de la Catedral por espacio de veintidós años, por aplicar el personal a la Misión Guajira, en febrero de 1921 se cerró, con sentimiento de los buenos samarienses . M , R. P. Melchor de Benisa, L>efinidor Provincial y \Ti§itador de la l\ 1 1isiún Guajira En los veintidós años de apostolado en Santa Maria, los mi– sioneros Capuchinos han dejado gratísimos recuerdos, como son, entre otras obras, varias congregaciones religiosas, que tienen por objeto el fomento de la piedad y de la moralidad. Los samarios jamás olvidarán a los Capuchinos, y sobre todo algunos nombres, como el de su santo Obispo, el P. francisco de Orihuela. El Provincial, deseando velar por los intereses que eran inhe– rentes a su cargo, dispuso girar una visita a toda la Custodia, delegando toda su autoridad en el M. R. P. Melchor de Benisa,