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114 octubre de 1895, que dicha Misión se les entregase a los Ca– puchinos, con una subvención de 400 pesos mensuales . Asimismo se les encargó de los pueblos de la línea del ferro– carril, que fueron: la Playa, Salgar y Puerto Colombia. Además de las playas del Magdalena y los pueblos del ferrocarril, se les en– cargó de los pueblos siguientes: Galapa, Tubará Cll, Baranoa y Juan de Acosta. Puesto el caso en conocimiento del P. General, aprobó la nueva Misión del Magdalena , y autorizó sacar de la Guajira algún Padre. Este fué el P. lldefonso de Llanera, el cual quedó al frente de la Parroquia de Barranquilla y de la casa considerada por el Gobierno como Colegio de Misioneros del Magdalena. La primera Misión por las playas del Magdalena la predicaron el P . Eugenio de Carcagente y el P. lldefonso de Llanera, misio– nando con gran éxito en la ciudad del Carmen de Bolívar. Luego dieron Misiones a la tropa destacada en Barranquilla . Poco después se aumentó el personal en Barranquilla con el P . José de Alcudia, Fr. Urbano de Falces y Fr. Manuel de Orihuela. Las Misiones del Magdalena iban viento en popa, dando mu– cho renombre a los Capuchinos, pues a pesar de ser sólo tres Padres y dos Hermanos , siempre estaban ocupados misionando en las playas del Magdalena , inmenso y sediento campo de la gracia de Dios. De más de doscientos, entre pueblos y caseríos, se componía aquella Misión, constituyendo entre todos junios una población de más de 50.000 almas . Estos pueblos, unos son piadosos, otros indiferentes y otros muy supersticiosos; en todos los que iban misionando lograban grandes consuelos espirituales, pues en lodos administraban gran número de bautismos, unían legítimamente a muchos amancebados y llevaban a buen número de fieles a los sacramentos de penitencia y eucaristía . Con las continuas salidas al Magdalena apenas podían aten– der al ministerio parroquial en la Parroquia del Rosario de Ba– rranquilla . Cuando los religiosos tomaron posesión de la Parroquia del Rosario se alojaron en una casita de paja que había frente a la Iglesia, como ya dijimos; como esta casita no llenaba las necesi- (1) En este pueblo eferció le cura de almas por espacio de tres eíios Sen Luis Beltrán, cuyo Patrono es hoy.
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