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11O del Custodio con los Superiores de Roma. Obtenido el permiso para alejarse de la Misión, en marzo siguiente embarcó para Roma, quedando al frente de la Misión el P. Eugenio de Carcagente, con el título de Vicario Custodial. El apostolado de los Capuchinos en Barranquilla tomó tal incremento, que los protestantes presbiterianos establecidos de anti– guo allí, al ver que sus adeptos poco a poco separábanse para M. R. P . Eugenio de Cat'ca!,'¡enl·e, Presidente de la Misión Guajira ingresar en el Catolicismo, levantaron tal tempestad contra los Capuchinos y la nueva Parroquia, que diríase que el infierno des– plegado en guerrilla trabajaba y combatía la obra de los religiosos. Infamias, desprecios, calumnias, emboscadas y hasta la persecu– ción directa y desenmascarada, todo tuvo fácil acogida con tal de poder anular, destruir y desacreditar a los misioneros. Fué un ver– dadero milagro no haber perecido en una emboscada que prepa– raron algunos elementos disidentes de la Parroquia, ejerciendo además su oposición malsana en la instrucción religiosa del pue-