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102 haberse educado en las Misiones de Guatemala y Panamá, eran dotes que hacían esperar mucho y bueno del P. Reus . Por otra parte, es innegable que él fué lleno de grandes deseos y hasta de ilusiones. Su obra comenzó a manifestarse adoptando el sistema de su antecesor, que era el de las excursiones, añadiendo a éstas el bau– tismo, que habían de administrar a todos los niños cuyos padres M. R. P. Estanlslao de Reus, no se opusiesen, y a los adultos que reuniesen con– diciones. Del reconocimiento de la Guajira y la Nevada por excursiones hechas por él, procedieron las fundacio– nes de nuevas estaciones misionales, como fueron: en la Guajira, Guarero, y en la Nevada, Atánquez, donde el Custodio anterior colocó· un potrero, y San francisco; de modo que con esto quedaron estable– cidas dos estaciones en la Guajira y otras dos en la Nevada, más la casa cen– tral de Riohacha, compra– da por el anterior Cus– todio. En cada una de estas segundo Custodio estaciones puso escuelas, que eran frecuentadas in– distintamente ·por niños y niñas, y por los adolescentes que que– rían asistir. En la Guajira, cuando los indios, por su vida nómada, deja– ban de asistir a la escuela, entonces los misioneros los buscaban, y donde los encontraban, allí establecían su ranchito para vivir, e igualmente abrían de nuevo la escuela al aire libre. Periódicamente se hacían excursiones, de las que siempre regresaban muy contentos los religiosos, contando los bautismos administrados por centenares, pues es )él nota característica del gobierno del P . Estanislao de Reus; pero esto que parecía un