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por un decreto del 26 de julio de 1956. Eran una excelente solución para resolver el problema de acceso de los niños de los barrios al bachillerato. En 1958, la orden capuchina, como entidad colaboradora, y el Patro– nato Social de Torrero, que cedía los locales gratuitamente, solicitaron la creación de una sección filial. La sección filial quedó constituida por O.M. del 28 de mayo de 1960 (BOE de 1 de junio de 1960). Una año más tarde los nuevos locales estaban terminados. El 10 de mayo de 1961 eran bendecidos solemnemente. La prensa de Zaragoza hizo elogios de la amplitud y luminosidad de las aulas. La sección filial se inauguró con 46 alumnos. Sin embargo, su puesta en marcha significaba un grave riesgo. El Estado hacía promesas, pero carecía de fondos para responder a las secciones filiales que se multipli– caban por toda España. Hubo momentos en los que los superiores des– confiaron claramente. Pensaron que aquello era una aventura y decidieron desentenderse de la obra. Pero al comenzar el nuevo curso llegó la ayuda del Estado. Se disiparon las tensiones y continuó el funcionamiento nor– mal con dos cursos, que en años sucesivos irian aumentando hasta com– pletar el ciclo del bachillerato elemental. Todo se vería de otra manera cuando llegaron varios créditos extraordinarios. (Cfr. OPI, n. 0 129, 15 de febrero de 1979.) La creación de la filial repercutió en la academia, que se veía obligada a suspender toda enseñanza media. A la Academia de San Antonio no le quedaba otra alternativa que mantener un tipo de enseñanza subsidiaria, repasos, taquigrafía, mecanografía, o desaparecer. Por otro lado, la filial debía nutrirse de alumnos de los colegios. De esta manera y a impulsos de una nueva necesidad, la academia se transformó en un centro de ense– ñanza primaria. Los alumnos más aventajados o con un nivel más alto de aspiraciones podrían pasar a la filial. El resto terminaría la enseñanza primaria en el mismo centro. Diversos factores hicieron que se pensara en la creación de unos cursos como preparación para la enseñanza primaria. El colegio de San Antonio constataba el retraso con el que llegaban la mayor parte de los niños a primero. Al mismo tiempo, el desarrollo económico del país, la inc.:orpo– ración de la mujer al trabajo y el prestigio social plantearon la necesidad de escolarizar a los niños de cuatro a seis años. Asi surgió la Maternal y Preescolar. Comenzó con 32 alumnos. Después hubo que abrir nuevas aulas. En la actualidad existen en este nivel 240 alumnos. Los locales que ocupaba la Filial-Colegio de San Antonio en la calle de Monterregado se están acomodando para escolarizar convenientemente a seis cursos de preescolar. Hay proyectos de habilitar alguna aula para niños de tres años. 93

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