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ridad y transparencia como el alma de un nií'lo. Es apertura, sinceridad y autenticidad en su mensaje. «El Mensajero de San Antonio» no es una revista de altos vuelos. Es un revista nacida en un medio ambiente de barrio, divulgada entre el pueblo y hecha con especial predilección para el pueblo sencillo y llano. No es una revista de especialización para gente selecta, aunque entre sus lectores se encuentran hombres de carrera. El mantenimiento de esta línea lleva consigo la renuncia del exhibicio– nismo y ostentación y enfrentarse a veces con el menosprecio de los «po– derosos» y «superdotados». El fin primordial de la revista es promocionar la vida y la formación religiosa a nivel popular. Para esto hay que ponerse al nivel de la mayoría de los lectores. Hay revistas que se escriben para unos lectores anónimos, desconocidos. «Cuando tomes en tus manos la pluma no pienses ni escri– bas para ti mismo. Piensa en el lector concreto al que te diriges.» Éste es un sabio consejo que daba un escritor que caló muy hondo en el pueblo. «El Mensajero de San Antonio» se ha caracterizado por tener una lec– tura fácil, agradable, salpicada y enriquecida por anécdotas, cuentos con moraleja, sentencias breves pero enjundiosas. Su lema: «instruir deleitan– do». Tal vez estamos cayendo actualmente en el defecto de hacerla «de– masiado seria». Ha pretendido seguir, con ritmo lento, pausado, una revitalización y una renovación con arreglo a las exigencias de los nuevos tiempos. Por eso, su estructura interior se ha desarrollado sin prisa, pero sin pausa. La configuración actual queda enmarcada por algunas secciones fijas y otras circunstanciales. Entre las fijas, pudiéramos citar: «Página Bíblica», «Palabra de Dios», «Palabra del Papa», «Página misionera», «Vitami– nas», «Refranero», «Miscelánea», «Liturgia del mes». SITUACIÓN ACTUAL DE «EL MENSAJERO DE SAN ANTONIO» El P. Martín Sáez de Vicuí'la fue el sucesor del P. Víctor de Legarda, como director de la revista. Difícil tarea la del nuevo director, después de 32 aí'los de huella profunda en la linea y ritmo de la revista. El veterano proporcionó al novel consejos oportunos para que la revis– ta se mantuviese en la orientación de tantos al'los. El nuevo director se esforzó en seguir tan sabias instrucciones de su predecesor, tratando siempre de actualizarla y teniendo presente los gran- ,,. 79

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