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EVOLUCIÓN Y DIFUSIÓN La revista ha cenido dos épocas perfeccamente definidas. En una pri– mera etapa, sin más aspiraciones que las arriba señaladas, «El Mensajero de San Antonio» era una revista, como quien dice, «para andar por casa». Por eso, hay que tener presente que el titulo exacto con que apareció los dos primeros años «El Mensajero de San Antonio» iba subrayado con un subtítulo explicativo, que rezaba así: <<Órgano Oficial de la Capilla de San Antonio del Barrio de Venecia». En una segunda etapa, la pequeña revista deja los estrechos límites de barrio, baja a la ciudad y, como una novia llena de ilusiones, se lanza a nuevas conquistas por todo Aragón y España entera. Y, como es lógico, para presentarse en sociedad se viste de largo, estira sus páginas hasta cuadruplicarlas. A los dos años desaparece el subtítulo y el título definitivo es «El Mensajero de San Antonio», como si con ello se quisiera dar cierto aire de universalidad. La difusión fue muy rápida. Podemos decir que la linea de crecimiento de la revista ha sido siempre ascendente. Tanto es así que en correos, allá por los años 1973 a 1975, nos felicitaron porque mientras la gran mayoría de las publicaciones periódicas iban decreciendo, la nuestra se mantenía e incluso iba en una línea ascendente. Por estas fechas, la revista alcanzó una tirada de más de cien mil ejemplares. Aquellos mil primeros ejempla– res, distribuidos por Zaragoza, se han centuplicado, se han convertido en una avalancha que invade la totalidad de la geografia nacionál. Nuestra revista, con más o menos suscriptores, tiene entrada en todas las provincias de España. A continuación presentamos a nuestros lectores dos gráficos en los que se da a conocer la marcha ascendente de la revista hasta el año 1960 y la distribución por provincia en ese mismo año.